Si subo una obra a una red social, ¿pierdo mis derechos?

Muchas veces hay un gran desconocimiento sobre qué es lo que pasa con las obras (fotos, textos, vídeos) que subimos a una red social o portal de Internet, cuando estos lugares son en la actualidad la principal fuente de creación y divulgación de obras a nivel mundial.

Previamente a subir cualquier obra a una red social lo primero que cualquier usuario de la misma ha de haber hecho es darse de alta en esa red y, por lo tanto, aceptar sus condiciones de uso, donde se contienen aspectos relativos a qué pasa con las obras que subimos.

Por ello, con carácter previo a darnos de alta en una red, deberíamos leer detenidamente los términos y condiciones de uso de la misma, ya que, al ser sitios privados, una vez que entremos se sobrentiende que hemos aceptado sus normas de uso. Como es lógico aquí no hay posibilidades de negociación de dichas condiciones. O las aceptas en bloque o no puedes seguir con el alta.

La mayor parte de las redes no se quedan con el contenido de las obras que subamos a misma, por lo tanto, no deja de ser una leyenda urbana que una vez que subimos cualquier obra perdemos los derechos sobre la misma para siempre. Lo que sucede es que la esencia de una red social es compartir contenidos, y para que eso pueda llegar a producirse se tienen que activar ciertos derechos de propiedad intelectual, fundamentalmente los derechos patrimoniales de reproducción y de comunicación pública. Por ello en las condiciones de estas plataformas se exige a los usuarios que cedan estos derechos, aunque sin carácter exclusivo.

El problema es qué destino tendrán esas obras y la posibilidad de que terceros las usen para otros usos sin nuestra autorización. En este caso las redes articulan sistemas para la defensa de nuestros derechos de autos, aunque dichas medidas son en la mayor parte de las ocasiones ineficaces.

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