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La casa del espejo


la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos
Jorge Luis Borges

“De una cosa estamos absolutamente seguros: el gato blanco no tuvo nada que ver en el desaguisado. Toda la culpa fue del gato negro”. Así comienza el delirante relato de A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, una muestra genial de juego de contrarios con que Lewis Carroll quiso deleitar a su discípula predilecta y, de paso, a los millones de lectores que han gustado después de sumirse en sus páginas. Sí, porque el gatito negro distrajo a Alicia de sus cavilaciones cuando se obstinó en embrollar el ovillo que tanto esfuerzo había costado devanar. La niña, divagando con el minino, quiso castigarlo enfrentándolo a su imagen en el espejo que lucía en la habitación y se preguntó cómo sería el mundo al otro lado. Tanto le intrigaba que no se resistió a tocar el azogue con la mano y notó que “el vidrio empezaba a fundirse, como si fuera una brillante niebla plateada”.

Si en el País de las Maravillas una reina enloquecida rebanaba pescuezos y organizaba una disparatada procesión de naipes vivientes, en la Casa del Espejo en la que se adentra Alicia se libra una frenética partida de ajedrez con personajes desdoblados: la Reina Roja y la Reina Blanca, los gemelos suspicaces tan prestos a batirse en duelo como los dos jinetes sin norte, los mensajeros Haigha y Hatta, “el uno para ir y el otro para volver”, versiones decadentes de la Liebre de Marzo y el Sombrerero Loco. Mientras Humpty Dumpty, el huevo humanizado, se encarama imprudentemente a lo alto del muro...

En la Casa del Espejo alienta un mundo de simetrías. Izquierda y derecha están invertidas, como sería de esperar en toda imagen reflejada. Para avanzar hay que retroceder y, como le explica a Alicia con paciencia la Reina Blanca antes de convertirse en oveja, el tiempo transcurre en una curiosa marcha atrás: “Ahí tienes al mensajero del Rey. Está encerrado ahora en la cárcel, cumpliendo su condena, pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles y por supuesto, el crimen se cometerá al final”. El ajedrez, juego especular por excelencia, sirve de metáfora para todo el enredo. Alicia, un peón, llega a la octava casilla y se corona. Discute con la Reina Roja y la sacude hasta “comérsela”. El Rey Rojo, que hasta entonces ha permanecido inmóvil, dormitando en su escaque, se yergue sobresaltado y el mundo del espejo se disipa de pronto. La niña se descubre en su butaca con el gatito culpable entre las manos. ¡Menos mal, todo fue un sueño! ¿Pero quién sueña a quién?

Lewis Carroll era un hombre muy sagaz, un maestro de la lógica matemática. En su obra ironiza con astucia sobre la sociedad victoriana de su tiempo y despliega un mundo onírico rayano en el absurdo. Lo asombroso es que su desvarío anticipa una intuición profunda de la ciencia teórica de hoy: el mundo del espejo, con la izquierda y la derecha trastocadas y un tiempo que retrocede del futuro al ayer, es indistinguible de nuestro universo “real” siempre que en el tablero se intercambien, piezas blancas por negras, las partículas elementales de la física por sus antipartículas hermanas.

Referencias:
Esta historia es un extracto del artículo “La simetría en la física” accesible en (https://www.acta.es/medios/articulos/ciencias_y_tecnologia/019001.pdf). Como información introductoria se aconseja el programa de RTVE Redes, en su episodio sobre “Las simetrías del universo” (http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-simetria-del-universo/1008283/). El Premio Nobel de física de 2008 le fue otorgado a tres expertos en la simetría física, Yoichiru Nambu, Makoto Kobayashi y Toshihide Maswaka, según el jurado “por el descubrimiento del origen de la simetría rota que predice la existencia de al menos tres familias de quarks en la naturaleza” (https://www.nobelprize.org/prizes/physics/2008/summary/). Esta elección fue analizada por Belén Gavela en un artículo para El País titulado “Las asimetrías de la naturaleza” (https://elpais.com/diario/2008/10/15/futuro/1224021601_850215.html). El experto en simetrías físicas Marcus de Sautoy impartió una charla TED muy ilustrativa con el título “Symmetry, reality’s riddle” (accesible en inglés en la dirección https://www.ted.com/talks/marcus_du_sautoy_symmetry_reality_s_riddle). Los libros de Lewis Carroll pueden consultarse libremente en el proyecto Gutenberg en inglés: Alice in Wonderland (http://www.gutenberg.org/files/114/114-h/114-h.htm) y Through the Looking Glass (http://www.gutenberg.org/files/12/12-h/12-h.htm). Como antesala para entender la extraña personalidad del escritor se recomienda el artículo “Los enigmas sin resolver de Alicia en el país de las maravillas” de Mariló García en El País (https://elpais.com/elpais/2015/11/27/tentaciones/1448611288_414230.html).

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