Genealogías en Internet
Unas 250 generaciones de sociedad civilizada descansan sobre unas 300.000 generaciones durante las cuales debimos ser cazadores-recolectores que vivían en pequeños grupos sociales
Jerry A. Coyne
Desde su irrupción masiva en los hogares y los puestos de trabajo a mediados de la década de 1990, sin duda Internet ha abanderado un cambio sustancial en los usos y modos de acceso a la información, el entretenimiento y la comunicación para millones de personas en todo el mundo. Las superautopistas de la información extienden sus tentáculos espacialmente, hasta los puntos más recónditos del planeta, a condición de que estén provistos de las tecnologías mínimas necesarias y siempre con las salvedades impuestas por la llamada “brecha digital”. Pero también crecen de manera imparable en la dimensión temporal: muchas obras y creaciones del pasado rebrotan ante nuestros ojos merced a intensos trabajos de recuperación de instituciones y particulares. En Internet han hecho nido, por ejemplo, versiones electrónicas de verdaderas joyas del conocimiento y de la historia: la Biblia impresa por Gutenberg, las cartas de Galileo, los Principia de Newton en el latín original, la Vulgata de San Jerónimo... Ello sin hablar de los “paseos virtuales” por museos, emplazamientos arqueológicos y lugares del arte y la arquitectura pasados y actuales.
Y de tiempos pretéritos empiezan a regresar, también, nuestros ancestros. En los últimos años, la búsqueda de las raíces genealógicas personales se ha convertido en uno de los pasatiempos al uso, en particular en los territorios de cultura anglosajona. Para los aficionados a rebuscar en sus orígenes familiares comienza a ser posible eludir las largas e inciertas peregrinaciones por parroquias, registros censales y otros centros tan dispersos geográficamente. Las iniciativas de las instituciones públicas para adaptarse a las nuevas tecnologías han permitido asistir al nacimiento de una nueva época para los genealogistas.
Como modelo y ejemplo paradigmático puede hablarse de la Oficina General del Registro de Escocia. Desde septiembre de 2002, la página web oficial de este centro (Scotland’s People) ofrece, como primicia en el mundo de Internet, descargas de copias digitalizadas de certificados de nacimiento, matrimonio y defunción de los siglos XIX y XX. Pronto otras oficinas del mundo brindarán servicios semejantes, accesibles en línea desde un ordenador doméstico. A la vez proliferan aplicaciones informáticas especializadas en la generación de archivos personales ancestrales, árboles genealógicos y esquemas de generaciones, semejantes a los empleados desde hace más de una década por los profesionales de la genealogía. No extrañará saber que las bases de datos genealógicas digitalizadas están disponibles de forma abrumadoramente mayoritaria en los Estados Unidos. Sin embargo, es de esperar que la “llamada de los ancestros”, en esta impensada versión electrónica, halle pronto eco en otros lugares donde tantas personas aguardan deseosas de descubrir detalles incógnitos de su pasado.
- Referencias:
- Las historias genealógicas en Internet tienen uno de sus lugares de máximo interés en la Biblioteca de Historia Familiar de Salt Lake City, en el estado estadounidense de Utah, un singular proyecto ligado a la iglesia de los mormones (https://www.familysearch.org/wiki/es/Biblioteca_de_Historia_Familiar_de_Salt_Lake_City). En un plano más general se recomienda Genealogía y heráldica de la Biblioteca Nacional de España, con enlaces a numerosos recursos genealógicos en la Red (http://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/Genealogia/fuentes_basicas/recursos_internet/).