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La edad de la Tierra


James Ussher llegó a la sorprendentemente precisa conclusión de que la Tierra fue creada el 22 de octubre del 4004 a.C., por la tarde, al parecer. Lo que estuvo haciendo Dios esa mañana queda abierto a conjetura
Jonathan M

James Ussher, prelado de la Iglesia Anglicana durante la primera mitad del siglo XVII, elaboró un método para datar los hechos del Antiguo Testamento con una precisión “infalible”. Con toda la solemnidad que acreditaban sus profundos estudios sobre el tema, llegó a afirmar en sus Anales del mundo deducidos desde el origen del tiempo que la Tierra había sido creada la tarde del sábado 23 de octubre del año 4004 a.C., “justo antes del anochecer”. Grandemente ensalzado, su trabajo fue discutido por unos pocos eruditos de su tiempo, pero solo porque discrepaban en algunas de las estimaciones de Ussher a la luz de la interpretación de los pasajes bíblicos.

En aquellos tiempos resultaba casi herético imaginar que la historia de la Tierra se remontara más allá de unos miles de años. Es más, en los círculos científicos serios del Barroco europeo nadie dudaba de que nuestro planeta apenas contaba cinco días más que el propio hombre, tal como se desprendía de la lectura literal del Génesis. Hasta que, en la mente cientifista moderna, surgieron las primeras contradicciones según el estudio de los fósiles, considerados todavía entonces vestigios del diluvio universal. Los naturalistas, observando los estratos geológicos, empezaron a sospechar una existencia más antigua de la Tierra que, contrariamente a la convicción general dominante, habría estado durante largo tiempo libre de la presencia humana.

El francés Georges Leclerc sostenía en 1770 que la Tierra se desgajó del Sol hace 74.000 años, una hipótesis que habría sido calificada de blasfema apenas un siglo antes y que, sin embargo, aún se quedaba inmensamente corta. Cien años más tarde, lord Kelvin, físico afamado, usó criterios astronómicos para datar la formación de la Tierra sólida en 98 millones de años de antigüedad. Esta modosa cifra recibió duras críticas de los geólogos de la época, habida cuenta que ya se estimaba que la magna eclosión de vida que caracterizó al periodo Cámbrico y que sembró de restos fósiles la corteza terrestre se había producido unos 540 millones de años atrás. Pero los datos hoy vigentes, avalados por la ciencia, no dejan de asombrar y confundir nuestro intelecto: en enero de 2001, dos equipos internacionales de geólogos hallaron pruebas de que los primeros mares aparecieron en la Tierra hace nada menos que 4.400 millones de años.

Referencias:
Los lectores curiosos pueden acceder a una versión en PDF de Los anales del mundo, una minuciosa datación de los hechos de la historia humana realizada por el obispo James Ussher desde el día de la Creación y publicada en el año 1658. (https://ia801407.us.archive.org/8/items/AnnalsOfTheWorld/Annals.pdf). Un artículo divulgativo sobre los debates en el siglo XIX Sobre la antigüedad de la Tierra es “Todos tenían razón y todos estaban equivocados”, de Manuel Vázquez Abeledo, del Instituto Astrofísico de Canarias (https://www.iac.es/es/blog/vialactea/2015/09/todos-tenian-razon-y-todos-estaban-equivocados). Puede encontrarse una guía didáctica sobre los fósiles, los minerales y la evolución humana en un trabajo ilustrado del CSIC (http://www.mncn.csic.es/docs/2012/09/10/14240001_4_5_0.pdf).

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